Robbie Swifthand and the Orb of Mysteries – Análisis

Algunos juegos buscan ofrecer experiencias divertidas. Otros te sumergen en narrativas que te hacen sentir emociones profundas. En el opuesto diametral de estos se encuentran juegos como Robbie Swifthand and the Orb of Mysteries. Juegos tan difíciles y tan demandantes en habilidad que tientan al jugador experimentado con un premio menos común y muy poco apreciado por los videojugadores modernos: el triunfo de una persona sobre retos que parecen imposibles, y sobre la frustración que acarrean.

Algunos juegos buscan ofrecer experiencias divertidas. Otros te sumergen en narrativas que te hacen sentir emociones profundas. En el opuesto diametral de estos se encuentran juegos como Robbie Swifthand and the Orb of Mysteries. Juegos tan difíciles y tan demandantes en habilidad que tientan al jugador experimentado con un premio menos común y muy poco apreciado por los videojugadores modernos: el triunfo de una persona sobre su retos que parecen imposibles, y la frustración que acarrean.

Hazte rico, muere en el intento

Tras ser invocado involuntariamente para encontrar los fragmentos de la titular orbe, Robbie emprende su viaje a través de cuatro diferentes zonas con distintas ambientaciones. Estas se encuentran subdivididas en niveles individuales que poseen una dinámica básica similar. Primero, debes encontrar una esfera luminosa que se encuentra en alguna parte del nivel. Segundo, debes lanzar dicha esfera a una especie de vórtice mágico, con lo cual abrirás la salida del nivel. Finalmente, debes alcanzar dicha salida.

Como es de esperar, deberás sortear todo tipo de trampas y obstáculos para resolver cada uno de estos niveles. Al completar los niveles de una zona te enfrentarás a un jefe que, una vez derrotado, te dejará una parte de la Orbe, desbloqueando así la siguiente zona. Esta estructura se repite cuatro veces hasta enfrentar el jefe final, pero la forma cómo avanzas en los niveles no es necesariamente lineal. Cada zona posee una especie de plano con caminos distintos por los cuales recorrer sus niveles. Aunque debes completarlos todos, por lo general puedes escoger otro nivel si en algún momento te encuentras pegado en un reto particular.

El caso de Robbie como protagonista es singular. Su motivación para atravesar docenas de túneles llenos de trampas y sufrir todo tipo de cruentas muertes es mucho menos altruista que la del héroe promedio. Robbie, fiel sólamente a su profesión de ladrón, lo hace por el tesoro.

Aunque cuando veas las cosas que enfrenta, el tesoro se te hará poco.

La trama es en su mayoría la clásica historia de este tipo de aventuras. Un ente maligno amenaza con regresar al mundo de los mortales y debes hacer todo lo posible por detenerlo. Los personajes hacen un buen trabajo de explicar la trama por medio de cortas cinemáticas con sonido de su lenguaje propio y texto. Robbie no posee diálogos propios pero es muy expresivo. Su cara y los sonidos que produce te darán una idea de lo que está pensando, tanto en dichas escenas cinemáticas como en los momentos de riesgo dentro de los niveles.

Cabe recalcar también que los escenarios están sumamente bien realizados desde un punto de vista gráfico. Las ambientaciones de templos antiguos, jungla y cavernas llenas de lava juegan con la iluminación, contraste y efectos de partículas de forma muy vistosa. Además, la movilidad de Robbie es muy precisa y las animaciones tanto de sus movimientos, reacciones y distintos tipos de muertes están sumamente bien realizadas. El apartado sonoro, por su parte, no se queda atrás, ofreciendo efectos de sonido claros (los cuales son muchas veces necesarios para adaptarse al ritmo de ciertas trampas) y pistas de música que nunca llegan a cansar, aun cuando las escuchas durante mucho tiempo.

El castigo como filosofía de aprendizaje

Robbie Swifthand and the Orb of Mysteries es un juego deliberadamente difícil. Cuando inicias una nueva partida, puedes escoger entre tres niveles de dificultad: No tan difícil, Difícil y Locura.

Y es de los pocos que no exagera con esa categorización.

La dificultad del juego es incluso parte de la trama en cierta forma. El malvado espíritu que habita los templos que recorres se alimenta de tu pérdida de esperanza, tu desesperación y tu dolor, y de vez en cuando podrás escuchar su voz burlándose de tus fallos y muertes.

Robbie Swifthand and the Orb of Mysteries es un juego difícil, sí. Imposible, no. Como muchos plataformeros hardcore, necesita de práctica, memoria, reflejos y mucha coordinación. Dicho esto, la dificultad del juego no viene únicamente de saltos precisos y reacciones rápidas, sino de otra fuente menos justificable: lo desconocido. Los niveles están diseñados de tal forma que los objetivos (esfera, vórtice, y salida) son fáciles de encontrar desde el inicio, pero además de los obstáculos y trampas que puedes detectar hay otras muchas que están ocultas, por lo que frecuentemente morirás una y otra vez por causas que no podías haber anticipado, perdiendo en cada ocasión tu progreso en el nivel.

Algunos te harán sentir que estás en el literal infierno.

Aunque los primeros mundos te ofrecen una dificultad aceptable y un sentimiento de logro al completar cada nivel, los más avanzados son una verdadera prueba de paciencia y temple, más que de habilidad. El diseño de los niveles pasa de ser ingenioso y truculento a tramposo e injusto, y muchas veces te encontrarás teniendo que repetir secciones muy difíciles sólo para ser eliminado dos metros más adelante de tu último intento debido a trampas que están puestas precisamente en los lugares en los que normalmente creerías que estás a salvo. Este enfoque de prueba y error le resta mucho del gusto a la parte final del juego, en la que te sientes menos como un intrépido aventurero y más como Cat Mario.

La rejugabilidad, búsqueda de secretos en cada nivel y experiencia en general también se ven afectada negativamente por este tipo de diseño (el cual es, claro está, completamente deliberado). Este resultado es una lástima, en especial cuando otros exponentes del género han logrado ese balance perfecto entre dificultad aparentemente absurda y grata experiencia de progreso y logro.

Conclusión

Robbie Swifthand and the Orb of Mysteries es un plataformero que sólamente puedes recomendar a quienes tienen un gusto particular por juegos difíciles. Su apartado gráfico y sonoro es excelente y el control es tan preciso que permite realizar las demandantes proezas que el juego requiere, pero su tipo particular de dificultad definitivamente no es recomendable para todo el mundo, o mejor dicho, no es apto para casi nadie.

Lo Bueno:

  • Excelente apartado gráfico en términos de ambientaciones y animación
  • Variedad y cantidad de niveles
  • Música y efectos de sonido de alta calidad
  • Control preciso
  • Desafiantes enfrentamientos con jefes

Lo Malo:

  • Frustrante diseño de niveles castiga demasiado al jugador
  • Dificultad no incita a la exploración

Puntaje:

  • Jugabilidad: 6
  • Contenido: 7
  • Sonido: 8.5
  • Gráficos: 8.5

Calificación: 7.5