Creo que cualquier persona lo piensa dos veces antes de ver una película llamada La Morgue. Originalmente titulada en inglés como The Autopsy of Jane Doe (La Autopsia de Jane Doe), este filme estadounidense de terror nos invita a entrar un par de horas en uno de los lugares de trabajo más inquietantes de todos.
Padre e hijo que trabajan como médicos forenses deben desenmascarar los turbios secretos del cadáver de una misteriosa joven. La trama se centra en su relación y su exhaustiva tarea de descifrar el misterio de los muertos.
La poca escenografía y su elenco de apenas seis actores hacen que la historia se vuelva atrapante, con secuencias de suspenso, escenas con efectos prácticos y sonoros bastante detallados que mantienen la atención del espectador de forma efectiva. Para que se den una idea, la totalidad de la película se desarrolla en la morgue con un montón de cadáveres (muy bien detallados, por cierto), mientras resuelven la causa de muerte de otro cadáver bastante sospechoso.
El papel de Brian Cox como el padre (Tommy) es bastante convincente: un tipo duro que ha dejado su vida cotidiana a cambio de su pasión por la ciencia forense, y que debe guiar a su hijo a como pueda. La trama tiene un tono clásico pero peculiar, tal y como lo haría este director noruego llamado André Øvredal, quien también es encargado del buen filme de culto Troll Hunter (Trolljegeren).
Por otra parte tenemos a Austin (Emile Hirsch), el hijo de Tommy, con una actuación un poco pobre y plana. El hijo fácilmente pudo haber sido interpretado por cualquier otro actor. Este termina siendo un recurso poco aprovechado. Además, hay ciertas acciones que con el tiempo no terminan calzando con las actitudes de cada personaje, lo cual crea inconsistencia en el guión.
Si bien el suspenso es bueno en la mayoría de momentos, las escenas de terror no lo son tanto. Estas caen en típicos e innecesarios clichés que no van al caso de la trama principal y pueden decepcionar a más de uno. Puede que el director haya sentido cierta presión de parte de la casa productora, en un cine de terror occidental que le urge saciar a la gente con sustos momentáneos en vez de disfrutar de un terror pasivo, similar a lo logrado en The Witch.
| A pesar de hacer un buen intento en mantener la trama al borde del suspenso, con grandes detalles, efectos prácticos y ciertas actuaciones, la película palidece en algunas ocasiones, con ciertas decisiones en el guión y acciones meramente innecesarias. No es la mejor película de terror, pero sí rinde buen tributo al cine clásico con suspenso que sólo una morgue nos puede dar. El resto lo tienen que ver en el cine. |
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