Luego de escribir y dirigir Whiplash, ganadora de decenas de premios incluyendo tres premios de la academia, Damien Chazelle vuelve a transportarnos al mundo de la música en La La Land: Ciudad de Sueños.
Mia (Emma Stone) es una joven barista que aspira a ser actriz. Sebastian (Ryan Gosling) es un talentoso músico que sueña con abrir su propio club y rescatar del olvido a la pasión de su vida: el jazz. Gracias a una serie de encuentros fortuitos, ambos comienzan una relación que los impulsa a perseguir sus sueños. Sin embargo, pronto descubren que nada valioso viene sin sacrificios grandes en la vida, y se ven forzados a escoger entre su relación y sus metas personales.
La película es un musical original (no basado en una obra de Broadway, como es común) ambientado en Los Ángeles y contiene música de varios géneros y estilos clásicos de Hollywood.
Hay muchas cosas que funcionan con una armonía impresionante en La La Land: el guión, la música original, las coreografías, la química romántica entre sus protagonistas, su humor, el uso de color y un impecable sentido de movimiento y energía. Su director Damien Chazelle, evidente amante del jazz, creó una película sincera, agraciada y vibrantemente alegre.
El uso de tomas largas y sumamente móviles es en especial hipnotizante. Muchas escenas están compuestas de una cantidad impresionante de talento saltando, girando y cantando frente a una cámara que, por su uso y enfoque, parece ser un personaje más de la coreografía en vez de un simple espectador. Todos estos elementos se unen para contar una historia encantadora de cómo perseguimos nuestros sueños.
Si eres una persona que disfruta de los musicales o tienes un oído para la melodía no podrás dejar de mover los pies ante algunas de las canciones de la banda sonora. Otras, más dramáticas, te conmoverán profundamente y te harán recordar de forma agridulce los momentos más emotivos de la trama. La La Land es una película especial, y la suma de su banda sonora, sus personajes, historia y composición visual se conjugan en una experiencia que es mucho más que la suma de sus partes.
Si no te gustan los musicales, el jazz, el romance, las historias inspiradoras o las películas que promueven optimismo sin caer en lo empalagoso, esta película no es para ti.
PD: Si alguna de las cosas en la anterior oración es cierta, yo, Eulices Nicot, estoy muy decepcionado de ti.
| La La Land es una experiencia musical imperdible, una aventura inolvidable y un recordatorio de que existen, aún ante el cinismo del mundo actual, personas dispuestas a luchar por lo que les apasiona sin importar los obstáculos. Magistralmente dirigida y encantadoramente actuada, te tendrá escuchando la banda sonora con una sonrisa por bastante tiempo. |
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