Kemono Jihen merece tu atención – Impresiones

La primera temporada de Kemono Jihen mezcla elementos clásicos del género seinen con horror de una forma muy efectiva. Aquí algunas razones por las que deberías echarle un ojo.

Detectives y demonios

Tras recibir una llamada de ayuda, el detective Inugami llega a un remoto pueblo rural donde extraños sucesos aterrorizan a la población. Es ahí donde conoce a Kabane, un solitario niño con una desconocida conexión con lo paranormal. Tras resolver el caso, Kabane se une a un grupo de jóvenes bajo la tutela de Inugami que junto a él resuelven casos que involucran demonios, maldiciones y elementos sobrenaturales mientras mantienen el balance de poder entre el mundo de los demonios y los humanos.

Lo que hace especial a Kemono Jihen es como poco a poco se sale de lo esperado en este tipo de series y comienza a tomar identidad propia. Cada vez que un nuevo caso llega a nuestro equipo de investigadores paranormales la situación se desenvuelve como normalmente lo verías en un anime de este género, pero con un giro, pequeño o grande, que comienza a dibujar algo más grande sobre este mundo. A veces es la mención de una regla particular sobre los demonios. Otras del lado político de la relación entre humanos y los líderes de los clanes demoníacos y sus territorios. Siempre, sin embargo, involucran algún aspecto terrorífico de este mundo oculto.

Este aspecto es tal vez el más llamativo de la serie. Durante el transcurso de sus doce capítulos verás algunas situaciones dignas de una película de horror (de las buenas). Como es de esperar, el tono de la serie es ligero a pesar de toda la sangre, decapitación y víctimas inocentes que cada encuentro con demonios produce. Nuestros jóvenes protagonistas están ya un tanto acostumbrados a este tipo de vida, por lo que el conflicto es menos dramático de lo que a veces amerita.

Veredicto